Tienes que conocer el nuevo B&B de Javier Plascencia en el Valle. Ahora.
Por Erick Falcón | Todos Santos
Ubicado casi a pie de carretera a las afueras del poblado de San Antonio de las Minas, Finca La Divina es el nuevo proyecto del Chef Javier Plascencia en el Valle de Guadalupe. Con una mezcla de arquitectura colonial y californiana, notoria por sus arcadas de ladrillo, ladrillo en muros y otros materiales, Finca La Divina es un recinto ideal para desconectarse de las presiones diarias y relajarse totalmente para disfrutar de la experiencia gastronómica de esta región.
Anteriormente conocida como Quinta Rivera, Finca La Divina se encuentra a un costado de la vinícola Casa de Piedra, y solía ser el refugio del chef Plascencia cuando comenzó a trabajar en su restaurante Finca Altozano, para descansar y no tener que regresar a Tijuana inmediatamente después de haber terminado sus eventos culinarios.
“Queremos que a los huéspedes de Finca La Divina se les haga difícil dejar el lugar; queremos que se enamoren del lugar y sus comodidades y que se queden con lasensación de haber estado en un lugar “divino”, que les regaló momentos de tranquilidad, de paz, de convivencia con sus seres queridos; queremos que los huéspedes quieran regresar cuantas veces sea posible, porque en La Divina encontraron un ambiente campirano, pero con todas las comodidades de un hotel 5 estrellas,” señaló el chef Plascencia.
Finca La Divina cuenta por el momento con tres habitaciones, cocina completa y un área común donde convergen la sala, el comedor, la barra y una sala de estar con chimenea. Además, tiene patios y jardines exteriores con áreas de descanso, asadores, alberca con jacuzzi y amplio estacionamiento; siempre conservando el silencio y la autenticidad de un recinto que ofrece la sensación de tranquilidad, como si atravesando el portón de entrada uno llegara a un espacio donde nos hace recordar lo que es respirar la divina naturaleza.
“En sus interiores, creamos un ambiente propio de LA DIVINA; sus formas orgánicas aparecen en la naturaleza propia del lugar, donde cuidamos los volúmenes y formas de manera sencilla y simple. Manejamos colores neutros y cálidos, armonizando con toques de colores vivos y alegres propios de nuestra cultura mexicana. Es una mezcla entre lo mexicano tradicional y mexicano contemporáneo,” señaló Joly Lacarra, de Creativo 256, despacho encargado del concepto de interiorismo de la propiedad.
La mezcla de materiales, estilos y colores hacen una ambientación única y cálida que hace sentir cómodos a sus huéspedes. En las habitaciones hay un juego de paisajes monocromáticos del valle, con elementos de geometría sagrada, utilizados de una manera sutil y velada, apenas perceptible, pero sin caer en lo esotérico ya que el espacio se diseñó para deleite de todos. Con respecto a la imagen del lugar, se decidió utilizar una codorniz como símbolo de la finca, ya que la codorniz es una ave endémica de la región y es en ella en quien se deposita la carga divina, agregándole un par de alas angelicales que representan la protección y la paz del lugar; es ella (junto con la finca en si misma) quien es LA DIVINA.
Lacarra agregó que detrás de la inspiración del diseño de interiores hay una serie de emociones y un compromiso por crear ambientes que trasmitan sensaciones positivas; que transporten al visitante y/o huésped al concepto que se pretende proyectar y realizar, dándole valor a los materiales que nos ofrece la naturaleza, pero con un auténtico pensamiento de responsabilidad hacia lo que hacemos.
El proyecto está planeado para crecer y en una segunda etapa la finca se convertirá en un hotel boutique de primer nivel, donde contará con varias habitaciones proyectadas en la parte alta de la zona de la alberca, las cuales tendrán una vista privilegiada.