Jóvenes crean música de la calle para ayudar.
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Por Carlos Anistro/Todos Santos
Lo que comenzó con un video que Karen Estrada vio en Youtube se convirtió pronto en música: Música de la Calle. Ése es el nombre de un grupo de chavos ensenadenses que con instrumentos como un saxofón, guitarras, percusiones y un cajón peruano, han tomado la batuta de llevar música a personas en situación de calle en la ciudad.
Con cita en la Zona Centro o en lugares estratégicos, los jóvenes se dan a la tarea de buscar personas en situación de calle. Al encontrarlas (cosa que en Ensenada no es difícil), se ponen alrededor de ellas y comienzan a tocar. La gente se acerca y comienza a dejar dinero en los botes, canastas, sombreros o lo que sea que las personas usen para recibir limosna. Se quedan unos cuantos minutos escuchando las melodías y después siguen su camino.
Ahora están en pleno toquín en el Centro. Pasa un joven con pizza y Coca Cola en mano. Hace notar su expresión de desagrado al ver a tanta gente. Le saca la vuelta a los músicos y a los espectadores. De repente detiene su paso y voltea a ver qué está pasando. No parece tomarle mucha importancia y sigue su paso. Metros más tarde se detiene y luego de unos segundos de reflexión, regresa. Cuando termina la canción pregunta: - Señor, ¿ya comió? El señor responde que no. Entonces el joven entrega sus alimentos al señor, cosa que quizá sin el contagio de la música y la alegría, se hubiera ido de paso como si nada. Como lo hace mucha gente. Como sucede todos los días.
Al término de varias canciones y sin esperar nada a cambio, estos músicos se retiran con la satisfacción de haber brindado sonrisas, alegría y varias monedas a quien más las necesita. Van en busca de otras personas para hacer lo mismo. Sin importar hora, condición climática o lo agotados que se encuentren.
Eso es Música de la calle, un proyecto que en los últimos días ha dado la vuelta en redes sociales no sólo en Ensenada, personas de todas partes de la República Mexicana, incluso en Brasil, Colombia, Estados Unidos y República Dominicana comenzaron a compartir los videos que han publicado en su página de Facebook. Son noticia en redes sociales y televisión en Baja California, lo cual para ellos ha sido una gran sorpresa y lejos que buscar reconocimiento o fama, esperan que gracias a la gran difusión de su labor, en donde sea que vean los videos, la sociedad empiece a ver a estas personas de una manera distinta.
Música de la calle se crea con la intención de querer sembrar algo diferente en la sociedad y en la escena musical, luego de ver un video de unos muchachos en Rusia haciendo algo parecido a lo que ellos hacen ahora. Lo de los rusos era algo que se llevó a cabo una sola vez con el fin de hacer conciencia en su comunidad a través del video, pero Karen, motivada por lo que había visto y con la seguridad de poder llevar a cabo esa idea en Ensenada, invitó por Facebook a varios músicos con los que había tenido contacto para hacer algo parecido.
Respondieron únicamente cuatro personas su invitación, de los cuáles sólo conocía a dos. Pero con ellos cinco fue suficiente para echar a andar el proyecto ‘Música de la calle’ el pasado 23 de agosto.
‘’Me motiva el hecho de saber que con un recurso que tengo al alcance de mi mano (literal), puedo llevar amor y esperanza a una persona. No sé si le cambio la vida, pero lo que sí se es que ese día, ese “vagabundo” se va con esperanza a su casa. La neta como seres humanos llegamos a vivir en las prisas de la vida, sin voltear a ver a nuestro prójimo que muchas veces lo que pide es para comer. Me motiva saber que puedo hacer que una persona se sienta amada por lo menos un día, por medio de lo que hago y de la música que es el lenguaje más universal", dijo Estrada.
Aunque el nombre se refiere especialmente a gente de la calle, la idea no es sólo llevar música a estas personas. Diciembre se acerca y en estas épocas pretenden llevar villancicos a asilos, albergues, casas de rehabilitación y hospitales.
En noviembre llevarán Música de la calle a Tecate y en enero a Sonora. No saben hasta dónde quieren llegar. Hace dos meses ni siquiera se imaginaban que estarían haciendo esto y mucho menos que lo llevarían fuera de la ciudad.
Lo que sí saben es que para ayudar no tienen límites, y mientras esté en sus posibilidades hacerlo, estos jóvenes ensenadenses dedicados a llevar música y sonrisas a las calles, lo seguirán haciendo.